Esperanza Pedreño y Raúl Cimas
Dos cándidos, dos inocentes. Viven en su mundo pequeño, hecho de detalles pequeños y pequeños momentos. Y tan a gusto. De tanto tiempo que llevan juntos, parecen hasta un poco iguales.
Berta trabaja cuidando niños en una guardería. Antes de trabajar allí le gustaban más los niños. Ahora, los aguanta.
José Ramón es vigilante jurado en una delegación del gobierno. Un trabajo rutinario. Está feliz. Antes tenían más amigos, como todo el mundo, pero poco a poco su círculo se ha ido reduciendo a su vecino, sus compañeros de trabajo, la gente del barrio y sus respectivas familias. Tampoco echan de menos a nadie más.
A veces sí que les gustaría estar más a su aire, desconectar un poco de ese entorno. Lo han pensado los dos por su cuenta, pero no lo han hablado nunca.